HONOR Y VALOR HÚNGARO
"Nevaba intensamente. Una asquerosa humedad, nuestro pánico y aquel insoportable además de extraño frio, mostraban una ciudad gris y triste..., derruida, inhóspita e insegura.

El colaboracionista, con desprecio y maestría cumplía su abominación; entre las callejas del viejo Mercado, una judía lloraba desconsolada su vergüenza y humillación. Un inminente toque de queda apuraba la vuelta de los desdichados húngaros. Las arrogantes juventudes infringían una atroz paliza al ya cadáver de un anciano. Un pretencioso oficial de esvástica, paralizaba el viejo tranvía, desquiciado blasfemaba, maldecía e insultaba. Disparó al paso a un infeliz hebreo y torturó a los estudiantes con panfletos anti-régimen en la manifestación universitaria. Budapest estaba revuelta, un duro atentado colerizó a las S.S. Se esperaban feroces y abusivas represalias. ".
<Aunque la narrativa es mi imaginación novelesca, pasajes similares debieron estremecer a los "Justos entre las Naciones" que osaron, arriesgando sus vidas, liberar y deportar masiva y sagazmente a Sefardíes hacia España>.

Un soberbio enclave estratégico fluvial en la Europa Central, a orillas del Danubio, despertaría la sed de conquista por sus enemigos, lo que justificaba su intrigante y agitada historia: épocas doradas (reinado renacentista de Matías en 1458 y el Milenio en 1896) sucederían a otras conflictivas (derrota turca, reinado de los Habsburgo), hasta entender su difícil y convulso origen.

El moderno Budapest (1873), surgió con la unión de Buda, Óbuda y Pest. Hoy, la ciudad está estructurada en 23 barrios, el Danubio diferencia a Buda en la zona Oeste, de estrechas calles adoquinadas, con edificios medievales y neoclásicos; frente a la orilla Este se extiende Pest, de atrevidos bulevares con edificios modernos. La ciudad es un agradable entremezclado de influencias turcas, venecianas, imperiales y de arte modernista. Se anexionó en 2004 a nuestra Unión europea.

Un antiguo y lento funicular, más siervo de la historia que esclavo laboral, nos transportó al espléndido mirador en los alrededores del Palacio Real de Buda, cuyo glorioso momento nos acerca al reinado de Matías. La emperatriz María Teresa lo modificó, numerosas guerras han conseguido mezclar los estilos de sus conquistadores, sus rincones ofrecen una excelente panorámica de la sublime ciudad y su imponente rio. El parlamento presidía con prepotencia cual bergantín luce con desdén surcando los mares, inspirado en su homólogo británico, diseño de Imnre Steindl, ganó el primer premio en el concurso de conmemoración de los 1000 años de la existencia de Hungría, Aquí se declaró la republica húngara, posee una bella cúpula neo renacentista con aguja neogótica.

En el descenso, descubrimos la Iglesia de San Matías, de coloridos azulejos cual piel de serpiente, lugar de coronación de rey renacentista Matias. Los turcos introdujeron extractos del Corán, transformándola en Mezquita; los nazis la degradaron a cocina y los rusos la humillaron, condenándola a establo. Tras ella, el Bastión de los pescadores, dominio defensivo de su urbe. A finales del siglo XIX, Frigyes Schulek diseñó ingeniosamente múltiples y elegantes escalinatas que facilitasen el ascenso desde el rio a su colina; embellecida con torres, volutas, arcadas, escaleras y estatuas.

Aprovechar las antiguas y olvidadas grutas del Castillo de Buda para crear un hospital secreto, incrustado en la roca, a salvo de ataques aéreos. Con posterior uso como búnker antinuclear, ante los lamentables sucesos que asolaron a Hiroshima y temiendo que se pudieran repetir durante la guerra fría. Fue una brillante y sagaz ocurrencia.

El Barrio judío confirma una vez mas la diabólica conducta nazis, plagada de injusticias y obsesiones, aflorando sus miedos y temores ocultos hacia los israelitas. La sinagoga de la calle Dohany, diseñada por Fóster en 1859, de estilo bizantino-mozárabe, es una de las mas destacadas de Europa, es un esplendido jardín provisto de cementerio. Fue el gueto de la Segunda Guerra mundial, aunque pululaban algunos ortodoxos por el lugar, su número se aleja mucho al reflejo del pasado.

Los Ruin Pubs, de los mas conocidos es el Szimpla, situados en la calle Kazinczy, zona israelita, son una sagaz manera de transformar lo sucio e inservible, creando un ambiente único y peculiar. Los viejos edificios en deplorable estado en vez de derruidos fueron indultados por sus gobernantes y rehabilitados para disfrute. Transformados en bares de diseño original y creativo, hasta causar sensación y ser alegoría en la historia de la ciudad.

El Memento Park o Parque de las estatuas, es de las zonas mas soviéticas conservadas, nos trasladará al Budapest comunista, es un museo estelar de la Memoria histórica, donde conservan figuras de Lenin, Marx, Bela Kun y otros dirigentes marxistas.
Pueden apreciarse soldados húngaros, participes en las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil española con especial mención de las batallas del Ebro, Brunete o Belbiche.
El metro es una especie de nave de ficción con billetes hacia el pasado. La línea nº.1, amarilla, te transportará al glorioso y refinado periodo de la alta sociedad astro-húngara de finales del XIX (1896), momento de su construcción, conservando detalles y el recuerdo de aquella espléndida época de la elegante y petulante nobleza centroeuropea.

Navegamos nocturnamente sometiendo aquel bravo rio. Bajo sus admirables puentes[1], que recuerdan los rasgos patognomónicos de los autores y sus estilos. A una u otra orilla nos muestra las maravillas de una ciudad plagada de secretos. Fueron viaductos de conexión entre sus dos ciudades, en 1873. Aunque el más mítico sea el Puente de las Cadenas, no podemos subestimar el Puente de Isabel en honor a Sissi, el Puente de la Libertad, decorado con la legendaria águila dorada (Turul) o el de Margarita. Sus iluminaciones cuando oscurece son excelentes. El patético führer los destruyó en su humillante huida, para que Hungría no olvidase aquel infame recuerdo.

El sistema de cuevas geotérmicas mayor del mundo les confiere ser una gran ciudad termal de clásicos balnearios medicinales.

El mayor apoyo que tuvo Hitler fue el gobierno del Partido de la Cruz Flechada húngaro, operó los últimos meses de la guerra en Budapest, durante la regla de los cinco meses de partido se le responsabilizó de la destrucción de la ciudad, de la muerte de 10 mil personas en sus calles y 80 mil deportadas a campos de concentración. Huellas imborrables de la conducta de tan perversos simpatizantes nazis, son detectadas en el Monumento de los zapatos en nuestro paseo por la orilla del Danubio. Prueba del escaso valor que otorgaron a la vida humana, con prisa por arrebatarla y total austeridad en métodos para infringir sufrimiento. 60 pares de zapatos de diferentes estilos y tamaños de hierro miran hacia el Danubio, recuerdan que nadie estaba a salvo de la ira nazi, las victimas eran previamente descalzadas como negocio de botín de guerra, -si unes varios sujetos con el agresivo alambre de espino, sacrificas al primero y último, no precisas ocuparte de los centrales, la física queda al servicio del genocidio, el resto de individuos serán arrastrado por los muertos hacia el fondo del rio, con ahorro de tiempo y munición-.
El diplomático español Sanz Briz, representante de la Legación española en Budapest en la dictadura franquista en 1944, conocido como el "Ángel de Budapest" salvó la vida de casi casi 5.500 judíos, repatriándolos ingeniosamente con pasaporte español[2] como falsos sefardíes, basado en un Real Decreto de Alfonso XIII, aprobado en la dictadura de Primo de Ribera en 1924. Nunca reconoció su proeza, asumiendo los costes del proceso. Su labor fue continuada por Perlasca, además de otros diplomáticos. Las hermanas de la "Casa del Ángel de la Guarda", utilizaron sus conventos para esconder y proteger a muchos niños judíos.
La basílica de S. Esteban es el templo religioso mas grande de la ciudad, dedicado a San Esteban I, Rey de Hungría (1000-1038), custodia las santa diestra, mano incorrupta motivo de veneración exhibida en procesión.
La capital húngara resplandece, las almas de sus moradores permanecen dañadas. El atroz maltrato de sus adversarios dejó intensas secuelas, quizá futuras generaciones puedan aliviar sus temores.
A Mario y Marta, trotamundos, aventureros y degustadores de secretos mundanos (cultura, arte, ciencia y placeres de despensa).
Budapest a 12 de octubre 2019
Dr. Cayetano F. J. Pérez Gómez
[1] Los emblemáticos puentes son la identidad de la ciudad. Diez puentes unen las dos orillas del Danubio, representan su pasado. Podrían desvelar los secretos de vencedores y vencidos, son los espías de la gloria y vergüenza de una ciudad devastada por su enemigo.
[2] A Sanz Briz los alemanes le concedieron 200 pasaportes condicionados a sefardíes residentes en Budapest, además pagó una sustanciosa cantidad de dinero al despiadado gobernador húngaro, Adolf Eichmann para agilizar el proceso. Su picaresca sería ingeniar un sistema de series con números y letras, sin superar la cantidad concedida. Desde 1- 200: 1 A-1, 1 A-2, 1 A-3.... Utilizó un único pasaporte por familia. Usaba judíos no sefardíes. Para eliminar exceso de gente en la calle alquiló viviendas, donde esconder, alimentar y cuidar hebreos hasta su extradición; para evitar intromisiones en las puertas de sus escondites exhibía carteles de "Anejo a la Legación española. Edificio extraterritorial" espantando a la Cruz Flechada y las S.S. Las exigencias de nuestro Caudillo eran muy respetadas cuando no temidas por Hitler. Se consiguió liberar casi 5.500 judíos con tal engaño español. Israel le concedió el título de "Justo entre las Naciones" al diplomático español por su heroicidad humanitaria.