PATRAÑAS DEL CÍNICO MURO BERLINES

Los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, repartieron un sustancioso botín de dominios e influencias políticas. Creáronse dos Alianzas Militares: la OTAN representó países occidentales de ideas democráticas, gobernada por EE.UU; y el Pacto de Varsovia, de influencia soviética en la zona oriental. Ambas corrientes del todo contrapuestas y de mutuo odio, mantuvieron desde entonces tan pueril como peligrosa rivalidad, siempre despiadada y agresiva.

Se disputaron la absurda, a la vez de costosa carrera espacial: en 1957, los soviéticos orbitaron al primer humano; casi tres lustros después, América pisó la luna. Paralelamente y durante casi medio siglo presenciamos una desafiante pugna armamentística, donde se despilfarró dinero, tiempo e inteligencia en el mortífero arte bélico en vez mejorar el bienestar social, el medio ambiente y la salud. De haber sido elegida la opción olvidada, quizá el planeta hoy, luciera distinto, y seguro mejor.

Los tumultuosos años 60, nos ofrecerían la primera revolución socialista americana, liderada por Castro y Guevara. En EE.UU, J.F. Kennedy soñó con mejorar la situación social de su país, a la par de reconocer los derechos civiles de la raza negra, mas sus ilusiones quedaron frustradas por su asesinato, y los yanquis retrocedieron a políticas conservadoras. La intervención americana en Vietnan despertó el malestar de los suyos, sublevándose con el rebelde manifiesto Hyppie. En 1968, los jóvenes parisinos se pronunciaron con reformas estudiantiles, laborales y sociales; en igual fecha, las juventudes praguenses emularon a los gabachos y se reclamó la independencia para Checoslovaquia, más la Primavera de Praga sería borrada de la faz de la tierra, por tanquetas soviéticas.

En los 70, la rebelión juvenil fue muy imitada. El triunfo electoral en Chile y Argentina, de novedosas políticas sociales, resultó erradicado por sendos golpes militares, el de Pinochet (1973) y Videla (1976).

El esfuerzo económico soviético ante tan potentado adversario, le debilitó mortalmente y generó protestas entre sus gentes: primero en Polonia (1981), luego se extendió a otras zonas de influencia rusa. En 1985, Gorbachow inició su Perestroika (reforma): liberalizó el régimen comunista, lo que se propagó a otros países, presto sucumbirían sus vetustos y desfasados dirigentes. Así, los germanos se deshicieron de su vergonzoso muro en 1989, que cruelmente había seccionado Berlín en dos dispares categorías: la oriental, representada cínicamente con las siglas RDA, y la FDA o Berlín occidental. Justificaba el inconformista comunista su aislamiento, como protección frente al fascismo capitalista, aunque su verdadera razón era frenar despiadadamente una descontrolada e intensa migración, en busca de un prometedor futuro.

La caída del fatídico muro nos hizo dignos de estremecedoras, injustas y dañinas historias, acontecidas en el cantón oriental, consecuencia de un enfermizo y diabólico Ministerio para la Seguridad del Estado o Stasi, obsesionado con impedir que sus habitantes visitasen, aun temporalmente, la zona democrática. Para ello se estableció una red de espionaje nunca antes concebida: 91.000 espías en nómina, 170.000 colaboradores extraoficiales y más de 300.000 informadores civiles, había implicados hasta altos cargos occidentales.

Disponían de una administración para la lucha contra personas sospechosas, dedicadas a elaborar listas de ciudadanos inconformes, que generó una enorme trama de chivatos sin respeto entre familias, vecinos, amigos, etc. pero provechosa gubernamentalmente. La simple solicitud al Estado de un permiso de viaje al Oeste, era motivo suficiente para ser investigado durante 2 años. Con potestad de control sobre toda comunicación dentro y fuera de Alemania Oriental y poder para sofocar cualquier indicio de disidencia en la RDA. Se descubrieron "colecciones de sudores" generadas por los disidentes ante la tensión del interrogatorio, salvoconducto estatal ante un futuro rastreo de perros en caso de fuga.

Los intentos de evasión eran declarados como "comportamientos asociales", y sus responsables ingresados en prisión para su reeducación o lavados cerebrales auxiliados de drogas psicóticas no siempre legales. Había un especial acoso sobre genios de las ciencias, las letras, las artes y los deportes, por la supuesta fuga de talentos del rencoroso país. Los presuntos convictos políticos se ofrecían estatalmente como cobayas a farmacéuticas de occidente, para ensayos de productos ilegales, cuando no tóxicos. Toda investigación científica de miembros dirigentes del partido, gozaba de alto prestigio: las tesis doctorales sobre como silenciar adversarios políticos de la RDA eran patrocinadas por la Stasi. Actualmente los títulos universitarios de miembros del partido tienen más validez, sus salarios y pensiones son multimillonarias frente al resto de ciudadanos, quienes han sido reincorporados laboralmente en prestigiosos puestos directivos.

En el Berlín comunista las dramáticas condiciones de vida, el acoso, la falta de intimidad o el librepensamiento, además de otras ignominias, dispararon los suicidios poblacionales. Quedando escondida la información tras su diabólico muro.

Los espectaculares éxitos olímpicos de la RDA, hicieron sospechar al mundo de los métodos empleados por sus entrenadores, obtuvieron clasificación olímpica tras Rusia y delante de EE.UU, con 102 medallas en las Olimpiadas de Seúl en 1988 (37 oros, 35 platas y 30 bronces). Increíbles resultados se obtuvieron en Montreal 1976, con 11 de los 13 títulos olímpicos ofertados. Posteriormente se descubrió que el dopaje en la RDA estaba dispuesto por y para el Estado. En 1975, se creó un departamento de "Deporte de Competición II" en el servicio de Medicina Deportiva de la ex RDA, para organizar la administración sistemática de anabolizantes, con objeto de mejorar los resultados olímpicos de Alemania Oriental. Así el deporte de alto nivel pasó a ser instrumento de propaganda para la RDA. Pretendían demostrar la supremacía comunista frente al capitalismo, ayudados ilegalmente de un UM (producto de apoyo o sustancias dopantes).

Igualmente, se descubrió una fatídica trama estatal que obligaba a consumir testosterona a atletas de élite, con pseudo apariencia de complejos vitamínicos. Se dañó la salud de cientos de atletas: las listas de óbito por el mal uso de anabolizantes, fue tan disparatada como las secuelas que en la actualidad mantienen terapia farmacológica y psicológica de sus víctimas.

El cuantioso dinero de acciones contra la humanidad, generará poder capaz de ocultar a criminales y sus intolerable actos; reubicados años después como cuasi héroes. Lo hemos presenciado durante magnos e ilustres pasajes de la historia con persecuciones, encarcelamientos, violaciones, torturas, exterminios, esclavitudes, deportaciones y apartheid, etc.

La actual vida política y su corrupto sistema tolerado socialmente. Nos ofrecen fiel reflejo como preámbulo de un extraordinario ensayo, en el adiestramiento de esbirros para satisfacer tales menesteres.

Dr. Cayetano F. J. Pérez Gómez

Puerto de Mazarrón 2/7/ 2015